Y la gente pasa... I

Alrededor del mediodía pasa una muchacha con botas azul turquesa. Parece media bohemia, su mochila tiene un diseño muy llamativo y da la impresión de que estudia alguna carrera de humanidades. Quizá psicología o trabajo social...

Va caminando aprisa y se ve cansada. No sé qué pase por su mente, pero evidentemente está pasando mucho.

De rato pasa un adolescente delgado y de estatura media, pero se ve que practica algún deporte. Bien parecido, pero se nota algo de angustia en su rostro.

Después pasa una muchacha que evidentemente trabaja en una casa. De buen cuerpo y rasgos faciales mestizos. No es Miss Universo, pero está de buen ver.

Luego pasa una mujer alta y bien proporcionada, pero fornida; de piel morena clara y cabellera abundante. Su piel es como la que llaman "piel canela". Ha de tener entre 35 y 40 años. Camina aprisa, pero con un ligero contoneo. Si es que trabaja, más de un compañero debe de estar loco por ella. Morena y voluptuosa, por supuesto es muy deseada.

A simple vista parece que le gusta la pachanga, pero también su expresión es media tristona. Da la impresión de que está tratando de sobreponerse a algo.

Pasan las horas. Después de la hora de comer, como a las 4 de la tarde, pasa una señora ya mayor, de unos 70 años, que va vestida de manera muy estrafalaria, pero su atuendo está muy bien equilibrado y se le ve bien. Evidentemente varias de sus prendas ya no están de moda, pero, insisto, se ve bien. Lo que llama la atención es el tono castaño de su cabello, así como su peinado juvenil, como el de una chica de veintitantos años.

Camina con pasos firmes, muy segura de sí misma, Quizá vaya a reunirse con "las muchachas".

Más tarde pasa un muchacho muy delgado y de estatura baja. De rasgos faciales finos y un andar muy amanerado. Cabello corto, pero con un fleco como el que usaban las mujeres en el primer lustro de los 90. Un peinado de mujer.

Definitivamente el muchachito es gay, pero se ve bien. Es agradable a la vista, pues luce pulcro y refinado. Como la versión masculina de una princesita.

Luego pasa una muchacha alta, delgada y de cabello negro, lacio y largo. Piel muy blanca. O tiene un puesto gerencial de mando medio, o es la secretaria de un hombre de muy altos vuelos. Se ve moderna, pero elegante.

Aunque su andar es elegante, parece que anda en "la búsqueda". Me atrevo a pensar que su forma de vivir en lo privado es en cierta forma contradictoria con su forma de mostrarse ante la sociedad.

Entra en la cafetería, saca una revista de su erorme y fino bolso y pide un frappucchino.

Luego va al baño. Se ha quitado las zapatillas de tacón y se puso unos zapatos de piso.

Entran dos mujeres gorditas. A todas luces se ve que son madre e hija. Ambas tienen cara bonita, y eso fue lo que me llamó la atención de ellas. Ni digo qué es lo que consumen mientras están en la cafetería.

Pasan las horas y la tarde empieza a caer. Me voy a otro cafetín que está cerca. Tiene dos niveles y me aposto en el de arriba. Vuelvo a desempacar mis "juguetes", coloco la cámara en un lugar estratégico, ya sin el tripié, y le pongo el temporizador a 2 segundos. Pido el café más grande que hubiera. En frente hay lo que parece ser una escuela de danza y las clases han comenzado.

Ahora faltan 15 para las 8. La joven ejecutiva que vi en la otra cafetería cruza la calle para ir a clases de danza.

Llega una SUV al estacionamiento de la placita en donde se ubica la escuela de danza y se baja una de las mujeres más hermosas que he visto en mi vida. Debe de tener unos 40 años. Delgada, pero en forma, estatura media, cabello rizado, nariz afilada, Su caminar es muy elegante. Sus formas son elegantes. Es elegante por naturaleza. Muy refinada.

De rato llega el muchacho bien proporcionado que vi pasar al mediodía. Viene vestido diferente. Con algo más ad hoc para la clase.

Todos se saludan de manera escueta, pero cordial, y algunos se meten a una zona que supongo que es de vestidores.

Unos pocos minutos más tarde llega el muchacho amanerado, bajito y delgadito que también vi horas antes.

Y casi al mismo tiempo, llega una muchacha en bicicleta. Es muy delgada, bonita, de piel morena clara.

Un momento después, dos mujeres de unos veintitantos años se bajan de una gran Cadillac Escalade. Ya van casi listas, pues van en mallones y sudaderas deportivas. Una se ve de a tiro princesa. La otra también tiene aspecto de princesa, pero se ve más seria.

Y de un carro pequeño se baja una muchacha muy joven. Evidentemente es una princesa, pero con una expresión muy agradable en la cara. Se ve que tiene un gran corazón. Preciosa.

Y finalmente, en un carro un poco más sencillo, llega una señora. Ya se ve muy madura. Robusta, pero bien conservada.

Unos se quitan unas cosas y otros entran al vestidor a cambiarse por completo. Entonces, una mujer de unos 40 años, muy delgada, toda una bailarina de ballet, hace su aparición. Está vestida con un top de licra, unos pants y unas zapatillas de ballet desgastadas. En lugar de un chongo, trae una simple cola de caballo. Y no se está comportando de manera tan rígida.

Entonces, con la mayor rapidez posible, tomo la cámara para cambiar el 18-55 por un 70-300. Hay qué sacar buenas tomas.

La clase ha comenzado.

¿Gays? ¿De cuándo acá me llaman la atención los hombres gays? Digo, ahora dos de ellos me impresionaron, y mucho. Bueno, el fin de este "ejercicio" es obtener tomas de gente que luzca agradable a la vista. Y dos hombres me llamaron la atención por ir bien arreglados. Curiosamente, ninguno traía calcetines.

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