En el proceso

Habían pasado meses desde que quedé cautivado por dos de las mujeres que asistían a la escuela de danza. Ya incluso las había seguido y más o menos conocía la forma en la que se movían en la ciudad.

La mujer que va los lunes y miércoles a las clases de danza árabe es prima de la que llega en la gran SUV y que además va a las clases de ballet para adultos los martes y jueves. El muchacho que también va a clases de ballet para adultos (el que no es amanerado) es hijo de la otra señora. La mujer de la SUV lo lleva a su casa después de las clases, por eso lo deduje.

También noté que la señora ya grande, de casi 70 años, que usa peinados juveniles y ropa muy holgada vive en esa casa. Adicionalmente, una mujer de cara muy bonita y una joven adolescente viven en esa casa. Se ve que viven bien.

También las mujeres de apariencia humilde que había visto; la muchacha de buen cuerpo y la muchacha gordita que va con una señora ta mayor, y que tienen rasgos mestizos, van a esa casa. En esa casa hay he visto todo tipo de bienes materiales, excepto calcetines. Nadie en esa casa usa calcetines. Bueno, siete mujeres y un hombre.

La hermosa mujer de la SUV vive sola, en una colonia de clase media, más al sur, en un hermoso edifico de departamentos. Pero algunas veces recibe una visita que evidentemente la alegra mucho.

Volvamos a la calle de la cafetería. La familia que me ha llamado la atención vive en una casa de dos pisos, setentera. Hay otra familia, completa, de padre, madre, dos hijas y un hijo, más otra que los visita ocasionalmente.

Y una más, en donde viven dos mujeres cuarentonas y una pareja de señores ya mayores.

Y otra más, en donde viven una señora con dos hijas treintonas y un hijo que se ve medio quedado.

He decidido llamarla La Calle de las Novias, pues alguna mujer que habita en cada una de esas casas me recuerda a alguien.

He tratado de ser cauteloso y hasta ahora nadie ha notado mi presencia. He sido tan discreto como me ha sido posible.

Tiempo después, logré mudarme a un viejo departamento que se localiza aproximadamente una cuadra y media más hacia el oriente, sobre la misma Calle de las Novias. Es viejo y pequeño, pero viviendo solo, no necesito más.

Sinceramente me di cuenta de quiénes eran mis vecinos hasta mucho tiempo después, pues yo siempre ando en lo mío. Trabajo, fotografía, internet y mi pasatiempo de seguir personas. Me clavé tanto en sus movimientos y en sus vestimentas que ni siquiera he pensado en desearlas.

Pero hay más. Hay un edificio de departamentos, un poco más grande, sobre una de las avenidas que cruzan este complejo de fraccionamientos antiguos y de tradición.

He notado la presencia de un hombre que siempre va pulcro y bien vestido. Camisas bien planchadas, pantalones de tela o de gabardina y zapatos muy limpios. La buena calidad de las prendas se nota, además de un estilo clásico y sencillo, pero colorido.

Vive solo, tiene un buen auto compacto y casi a diario sale a correr, con ropa deportiva de buena calidad.

En cuanto a sus patrones de conducta, camina erguido, con paso firme y siempre mirando al frente. Además, se nota la finura en sus ademanes. Es serio y ceremonioso, pero sonriente. Parece que se lleva bien con algunos de los vecinos de su cuadra y de algunas cuadras aledañas.

Me llama la atención lo serio que se ve y, sobre todo, la tranquilidad que denotan sus gestos no verbales. Aún con esa tranquilidad, se nota firmeza en sus actitudes.

A pesar de la notoria calidad de la ropa que usa, luce discreto. No se ve ostentoso ni presuntuoso.

Algunas veces, los fines de semana, lo veo con ropa casual: Pantalón de mezclilla, zapatos más casuales y camisas de fuera, o playeras tipo polo. Aparentemente también es aficionado a la fotografía, pero no he podido determinarlo. También he notado que algunas veces, entre semana, llega noche y un poco alegre. No borracho, sólo un poco alegre. Pero esto último es esporádico.

No entiendo cómo, a pesar de su buena presencia y de que se ve que vive bien, está solo.

Con todas estas personas que van tendiendo a convertirse en elementos, no sé si seguir una historia y apuntarla, o involucrarme en sus vidas y crear una.

Lo que es no tener nada qué hacer...

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